La industria pesquera y su compromiso con la protección medioambiental del fondo marino pese las fake news

El océano es un recurso incalculable y vital para la vida en nuestro planeta. Sin embargo, es innegable que enfrenta numerosos desafíos, incluida la contaminación. Si bien es cierto que muchas más industrias que han contribuido a la degradación de los ecosistemas marinos, la industria pesquera ha avanzado significativamente en los últimos años y ha adoptado medidas concretas para minimizar su impacto ambiental. 

En este artículo, queremos destacar los motivos por los cuales la industria pesquera no solo no contamina el mar sino que ha evolucionado para convertirse en un agente activo en la protección de nuestros océanos.

Regulaciones y prácticas sostenibles

La industria pesquera española ha sido objeto de rigurosas regulaciones y estándares internacionales destinados a garantizar la sostenibilidad de los recursos marinos

La presión regulatoria ejercida por la Comisión Europea y por organizaciones como la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) han desarrollado directrices y políticas para fomentar la pesca responsable. 

Estas regulaciones incluyen límites de captura, tallas mínimas de captura, temporadas de veda y zonas protegidas, lo que ayuda a mantener el equilibrio de los ecosistemas marinos.

Tecnología y métodos de captura selectivos

La inversión continua en tecnologías y métodos de captura selectivos han ayudado a la industria pesquera española a reducir el impacto en especies no deseadas y minimizar la captura accidental de especies en peligro de extinción. 

La implementación de redes de enmalle más selectivas, dispositivos de exclusión de tortugas y aves marinas, y el uso de sistemas de monitorización en tiempo real han permitido una pesca más sostenible y responsable.

Control de descargas y gestión de residuos

El compromiso con el control de las descargas y la gestión adecuada de los residuos generados durante sus operaciones. Los barcos modernos están equipados con sistemas de tratamiento de aguas residuales y se han establecido medidas para limitar la contaminación por aceite y productos químicos. 

Además, muchas empresas están adoptando prácticas de reducción, reutilización y reciclaje para minimizar su huella de carbono y promover la economía circular. 

Por otro lado, iniciativas como “Upcycling the Oceans” impulsadas por la Fundación Ecoalf y Ecoembes permitieron retirar de los fondos marinos españoles 198,8 toneladas de residuos el año pasado. Para ello, se contó con la colaboración de cerca de 2.600 pescadores que han estado al frente de más de 600 barcos pesqueros, principalmente de arrastre, ubicados en 43 puertos pesqueros repartidos por cinco comunidades autónomas: Galicia, Cataluña, Comunidad Valenciana, Andalucía y Región de Murcia.

Investigación y colaboración

La industria pesquera española también se ha involucrado activamente en la investigación científica y la colaboración con organizaciones ambientales para comprender mejor los ecosistemas marinos y desarrollar prácticas más sostenibles. 

Esto incluye la participación en proyectos como el Programa Pleamar, que trabaja para impulsar la protección y recuperación de la biodiversidad marina, o Life Intemares, el mayor proyecto de conservación marina en Europa, que tiene el objetivo de lograr una gestión eficaz de los espacios marinos protegidos en España. 

Concienciación y educación

Muchas empresas pesqueras trabajan en estrecha colaboración con las comunidades costeras y organizaciones locales para promover la pesca responsable, brindar capacitación a pescadores y fomentar la conservación marina. La educación sobre la importancia de los ecosistemas marinos y los beneficios de la pesca sostenible es fundamental para garantizar la preservación a largo plazo de nuestros océanos.

Conclusión

La industria pesquera española ha estado continuamente en el punto de mira por el impacto ambiental negativo de su actividad, sin embargo han de reconocerse los esfuerzos significativos que ha realizado en las últimas décadas para minimizar su huella en los océanos. 

Mediante regulaciones rigurosas, tecnologías sostenibles, prácticas de gestión adecuadas, investigación científica y educación, la industria pesquera española se ha convertido en un actor clave en la protección y conservación de los ecosistemas marinos. Continuar promoviendo la pesca responsable y fomentando la colaboración entre todos los actores involucrados nos permitirá preservar la belleza y la salud de nuestros océanos para las generaciones futuras.

Esta historia es real, pero en Europa no lo tienen en cuenta. La situación de la industria pesquera española (tanto barcos, capturas, industria de la conserva y el congelado) se encuentra en una situación insostenible ante la presión, alejada de toda realidad, de la legislación europea y la invención de falsos mitos por parte de determinados sectores interesados de asociaciones ecologistas. Este contexto debilita año a año a nuestros profesionales con regulaciones incompatibles con la realidad, eliminando tejido industrial, puestos de trabajo  y dando pie a que el principal productor de europa se vea cada vez más limitado con un futuro incierto. 

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